martes, 24 de septiembre de 2013

Pobreza y desigualdad: Perú


La pobreza en el Perú, en términos multidimensionales, afecta a una gran proporción de familias rurales, alto andinas y amazónicas, que se comunica en idiomas vernaculares, siendo pobres históricos y generacionales, debido principalmente a la imposibilidad de acceder a servicios básicos de calidad y a oportunidades de desarrollo personal y económico.

Por otro lado, existe una pobreza, que siendo menos extrema, es igualmente crónica vista en su conjunto y es mayoritaria en zonas rurales y urbanas con ciertos servicios públicos y recursos más adecuados para la actividad económica. A la par, hay una pobreza que se podría señalar como “nueva”, resultante de las crisis económicas y ubicada geográficamente, sobre todo en las ciudades intermedias y grandes.[1]

La situación de la pobreza, en esta década, ha registrado una importante reducción, según los entendidos, una de las más rápidas y significativas en la historia mundial. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática - INEI, ya al 2011 la pobreza se redujo al 27.8% del 59.4% en el 2004, es decir, 6.7 millones de peruanos salieron de la pobreza en ese periodo. La pobreza extrema, se redujo del 16%  en 2004 a 7% en 2011, el nivel más bajo en la historia.

En el 2012 la pobreza en Perú afectó al 25.8% de la población y la incidencia de la pobreza no excedió en ningún departamento el 65%, mientras que en el 2004, 14 departamentos superaron dicho nivel. Por otro lado, en el año 2004 ningún departamento presentó menos de 33% de pobreza; mientras en 2012, 14 departamentos presentaron tasas de pobreza menores a dicha cifra.

Si bien entre el 2011 y el 2012 la pobreza pasó del 27,8% al 25,8% de los 30 millones de habitantes, una reducción que benefició a 509.000 personas, aún 7.800.000 peruanos se encuentran en situación de pobreza. En cuanto a la pobreza extrema llegó a 1.800.000 personas, un 6% de la población, 0,3% (69.000 personas) menos que el año anterior. Las áreas rurales son las que concentran mayor nivel de pobreza en Perú. A pesar de que ese indicador cayó en 3,1%, más de la mitad (53%) de la población de esas zonas del territorio es pobre, el doble de la medida nacional.

Y es que Perú ha sido en la última década una de las economías de mayor crecimiento en América Latina, con índices de expansión promedio entre 5% y 6%, lo que ha permitido una paulatina mejora de los sectores más pobres. El crecimiento sostenido de la economía, el incremento de la inversión privada, el mayor empleo y los mejores niveles de ingresos provenientes del trabajo y los programas sociales, han contribuido en la reducción de la pobreza, precisando que un estudio sobre la descomposición de la reducción de la pobreza, muestra que el 80% de la reducción de la pobreza está explicado por el crecimiento económico, pues se ha traducido en un aumento en la cantidad y la calidad del empleo y, por tanto, en una reducción de la pobreza y una mejora del bienestar.

Expertos hacen notar que de no haberse aplicado políticas sociales focalizadas la pobreza hubiera sido 4 puntos porcentuales más elevada, pues el crecimiento macroeconómico puede generar desigualdad ya que no todos tienen las mismas capacidades para aprovechar las oportunidades. Además otros señalan que si el crecimiento de la economía "hubiese estado mejor repartido" podría haber 0,4% menos de pobres.

Cabe señalar que, el costo promedio de la Canasta Básica de Consumo se estima en 284[2] nuevos soles por persona y en los pobres extremos es aquel cuyo gasto es de 151 soles mensuales, monto que no alcanza para cubrir el costo de una canasta mínima alimentaria. Dadas las diferencias preexistentes entre distintos grupos de la población, el crecimiento económico ha llevado a unos grupos a reducir sus niveles de pobreza más rápido que a otros. En ese sentido, en el Perú, la pobreza se ha vuelto un problema predominantemente rural.

Según el INEI, el 81% de los individuos calificados como pobres extremos vive en zonas rurales, por ello, algunos expertos[3] critican que el acceso a oportunidades no ha mejorado en la medida que podría haberlo hecho, considerando el notable aumento de recursos fiscales a raíz del crecimiento económico y del boom de los precios de los minerales, que constituyen los mayores ingresos fiscales.

Por ello considero, que debiera incidirse en dirigir recursos hacia la protección de la primera infancia, como capital humano, más aún disponiendo de un bono demográfico a proteger, asimismo, apostar por la universalización de la educación, salud con mecanismos eficientes en su gestión para lograr una oferta de calidad. Igualmente, lograr un aseguramiento universal con estrategias de financiamiento compartido e intercambio prestacional asi como principios de solidaridad.

Asegurar recursos fiscales para proseguir con las transferencias monetarias condicionadas asi como con programas de desarrollo productivo y la inversión en infraestructura, servicios básicos, caminos y carreteras, agua y saneamiento, energía y telecomunicaciones, en especial en zonas rurales, al igual que Programas Sociales solidarios para adultos mayores en situación de abandono y vulnerabilidad, aprovechando más bien capacitación y experiencia en aquellos que pudieran estas disponibles, en una dinámica de gestión del conocimiento.

Articular la educación terciaria de calidad, proyectando a una matriz productiva diversificada y mejorando la productividad con innovación tecnológica y competitividad a través de esta mejora sustancial del capital humano, incorporándolo a las actuales demandas de la cadena productiva y articulando políticas de descentralización fiscal que generen incentivos a la inversión y sana competencia entre regiones para generar más empleo, protegiendo el medioambiente, en un marco de ordenamiento territorial, con mecanismos de consulta y participación que contribuirán a la gobernabilidad.

Por ser un país diverso y pluricultural, que además concibe patrones culturales enraizados en la discriminación, machismo e inequidades diversas, el enfoque intercultural y de género es sustancial para lograr la inclusión social y la reducción de la pobreza con equidad, por lo que se requieren políticas afirmativas para un involucramiento y empoderamiento, para lograr un desarrollo humano integral que incorpore una mirada holística con enfoque de derechos, en la que la participación política, comunitaria, decisoria será un ejercicio de ciudadanía activa que aportará a la cohesión social.   

El reto es sobretodo, reducir la pobreza rural, la desnutrición crónica, las brechas en el acceso a agua potable, saneamiento y electricidad, mejorar la calidad de la educación pública, reducir las brechas de acceso a los servicios de salud de calidad; y articular las políticas de desarrollo e inclusión social a políticas de desarrollo productivo. La mayor inclusión social y la reducción de los conflictos sociales redundará en un mejor entorno para la inversión y el crecimiento sostenido.

Los lineamientos de política macroeconómica debieran asegurar pues recursos para lograr esta inclusión social y reducción de la pobreza, a través de la utilización de los mayores ingresos fiscales permanentes, en una inversión focalizada del gasto social para generar igualdad de oportunidades. Asegurar ingresos a través del aumento de la presión tributaria, combatiendo la  evasión, el contrabando con mayor formalización y fiscalización, en lucha frontal contra la corrupción. Incidir en la mejora de la gestión pública en un enfoque por resultados, centrado en el servicio al ciudadano, esto permitirá la expansión focalizada y articulada del gasto social.

Un ejemplo de una estrategia articulada en un enfoque por resultados, que ha tenido un impacto valioso, es la reducción de la desnutrición infantil, a través del Programa Articulado Nutricional – PAN, con la reducción del 30%, en 2004, a 20%, en 2011 en menores de cinco años y el promedio nacional del 2007 en 29.5% al 18.5% en el 2012.

Se apunta pues, a aplanar el piso del acceso a las oportunidades, para reducir aún más la pobreza y fortalecer las bases del desarrollo sostenible del país.



[1] Politicas para Superar la Pobreza – CIAS – PCM 2005
[2] Tipo de Cambio promedio S/. 2.80
[3] Midiendo la desigualdad de Oportunidades. Banco Mundial. 2008

1 comentario:

  1. Hola, su artículo me gusta, tiene un buen planteamiento de la realidad en cuanto a la pobreza en el País. En efecto, el artículo data del año pasado y con una perspectiva positiva sobre la base de crecimiento de un 5% a 6% del PBI, sin embargo a la fecha los especialistas ya se han dado cuento que este año el crecimiento sería de 4.5% a 5.5% del PBI. Esto afectaría esa reducción de la pobreza y muchos otros índices de carácter económico.

    Sin duda nuestro crecimiento económico es positivo, pero sigue siendo afectado por estas conductas políticas y sociales que le quitan optimismo al inversionista foraneo.

    Saludos Cordiales.

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