lunes, 27 de mayo de 2013

Hacia un Programa Presupuestal para la Igualdad de Género

“El logro de resultados de desarrollo y rendir cuentas abiertamente por esos resultados debe ser parte central de todo lo que hacemos. Hoy más que nunca, los ciudadanos y los contribuyentes de todos los países esperan ver resultados tangibles de las iniciativas de desarrollo. Demostraremos que nuestras acciones conllevan efectos positivos sobre la vida de las personas. Respecto de estos resultados, rendiremos cuentas entre nosotros y ante nuestros respectivos parlamentos y órganos de gobiernos”. [1]

La expresión de este compromiso de Estado, al que también está suscrito el Perú, demanda esfuerzos de sus autoridades a fin de mostrar resultados tangibles por sus ciudadanos. Parte de ello, son los avances en Políticas de Modernización de la Gestión Publica, con lineamientos generales y alcances en su implementación cuyo proceso está por construirse. Como bien sabemos, los esfuerzos a veces son aislados y desarticulados en los diferentes niveles de gobierno y en ese proceso, la mención de procesos bajo una “cadena de valor” en un enfoque por resultados ya es un gran avance, que, sin embargo, requiere aún más en su institucionalización ya que estos avances en la implementación del enfoque por resultados en la gestión pública peruana, no abordan en su integralidad, por ejemplo, aspectos relativos a la igualdad de género puesto que los diagnósticos no abordan desigualdades de género, no mostrando cómo los problemas afectan a hombres y mujeres.

El Plan Nacional de Desarrollo – Plan Bicentenario[2] y los diferentes planes nacionales no consideran objetivos y resultados para la igualdad de género; a su vez, el Presupuesto Público financia de forma limitada las intervenciones para reducir la desigualdad de género y por el lado de la inversión pública no considera la igualdad de género como un criterio para la priorización de acciones. Del mismo modo, los sistemas de seguimiento y monitoreo no consideran indicadores de género o para la reducción de brechas de género; así como la evaluación no analiza cambios en las disparidades de género y la rendición de cuentas que hacen las autoridades no aborda los avances y dificultades en el logro de la igualdad de género.

Del análisis efectuado al Plan Bicentenario se ha identificado lo siguiente en el ámbito de la igualdad de género:
OBJETIVO NACIONAL 1: Plena vigencia de los derechos fundamentales y la dignidad de las personas
Lineamientos De Política
Promoción de la equidad
5. Eliminar todas las formas de discriminación entre mujeres y varones, y asegurar el acceso pleno de las mujeres a los servicios educativos en todos sus niveles y a las posiciones de decisión pública y privada.
8. Establecer redes de protección a niños, adolescentes, adultos mayores, mujeres jefas de hogar, discapacitados y demás población vulnerable.
9. Consolidar la titulación de la propiedad de tierras con enfoque de igualdad de oportunidades entre mujeres y varones, respetando la diversidad cultural y la vocación natural de los suelos y sin favorecer el cambio de uso.
Objetivo específico 4: Reducción de las inequidades y de la pobreza y la pobreza extrema
Indicador: Relación entre el salario de hombres y el de mujeres
Indicador: Proporción de altos funcionarios del Estado mujeres
Acciones estratégicas
Fomentar que las mujeres jefas de hogar de familias rurales pobres vinculadas a los programas sociales, conozcan y utilicen mecanismos financieros de ahorro y crédito

OBJETIVO NACIONAL 2: Igualdad de oportunidades y acceso universal a los servicios básicos
Diagnóstico:
Educación.- Estadísticas desagregadas por género en Educación Básica
Salud.- Estadísticas de Mortalidad Materna
Seguridad Ciudadana.- Mención a la problemática de la Violencia contra la mujer “…Siendo el número de mujeres preponderante desde la composición poblacional, y conocedores de su incidencia en el desarrollo económico y social, cabe señalar que en cuanto a las relaciones de género, si bien en el país se ha ido progresando en políticas de afirmación que propician el avance de la mujer —como el Acuerdo Nacional, los Objetivos del Desarrollo del Milenio, la Ley de Igualdad de Oportunidades—, la vio­lencia aún está latente. Al lograr su autonomía física y económica, la mujer genera nuevas actitudes en relación con su cuerpo, su seguridad y su sexualidad, y tiene acceso a información que le permite un cabal conocimiento de su salud sexual y reproductiva. Al respecto, existe una relación entre la mayor autonomía y el logro de bajas tasas de fecundidad.”
Inversión Social y Calidad De Gasto.- “…Dimensión de la pobreza por reducidas oportunidades para desempeñarse adecuadamente debido a diversas discriminaciones (género, regional, étnica, generacional); inseguridad por situaciones de violencia”; “…si hablamos de igualdad, hay que abolir privilegios y consagrar los dere­chos de todos los individuos, cualesquiera sean sus orígenes y condiciones de género, nacionalidad, edad, territorio y etnia”; “…Estrategia de transferencias monetarias condicionadas con perspectiva de género como una acción afirmativa para la equidad de género”
Objetivo específico 6: Seguridad ciudadana mejorada significativamente
Acciones estratégicas
Implementar el Plan Nacional contra la Violencia contra la Mujer

OBJETIVO NACIONAL 4: Economía competitiva con alto nivel de empleo y productividad
Lineamientos de Política
Empleo
3. Promover el acceso de las mujeres, los jóvenes, los adultos mayores y los discapacitados a los mercados de trabajo.
Como se puede apreciar, en lo relativo a la Igualdad de Género, no existe congruencia entre los objetivos nacionales, lineamientos, objetivos específicos, acciones estratégicas y se han identificado solo dos indicadores relativos a la igualdad de género en el Objetivo Nacional 1.

Esto es preocupante ya que varias de las Políticas y normas que se vienen aprobando, como la misma Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública y su Plan de Implementación, la Política Nacional de Cooperación Técnica Internacional, el TUO de la Ley del Sistema Nacional de Presupuesto, la Ley de Presupuesto 2013, entre otras, vienen aludiendo y haciendo mandatorio la articulación del planeamiento a los objetivos del Plan Bicentenario.

En este escenario es importante señalar la aprobación del Plan Nacional de Igualdad de Género - PLANIG[3], concebido bajo el paraguas normativo de la Ley de Igualdad de Oportunidades - LIO[4], en cuyo Artículo Nº 4, referido al Rol del Estado, establece la necesidad de implementar políticas públicas bajo una perspectiva de género.

La orientación hacia el logro de resultados es un aspecto fundamental del PLANIG, toda vez que permitirá medir la eficacia de las intervenciones públicas para lograr cambios a favor de la igualdad de género y el cierre de brechas entre los hombres y las mujeres en el proceso de alcanzar cada vez mejores condiciones para una vida digna y acceder a los servicios y beneficios que brinda el Estado a través de las políticas públicas.

El PLANIG, expresa en su Objetivo General que, el Estado Peruano, en sus tres niveles de gobierno, transversaliza el enfoque de género en las políticas públicas, garantizando la igualdad de género y la efectiva protección de los derechos humanos para mujeres y hombres, la no discriminación y el pleno desarrollo de sus potencialidades y capacidades individuales y colectivas.

El PLANIG tiene los siguientes Objetivos estratégicos:
1.     Promover y fortalecer la transversalización del enfoque de género en los tres niveles de gobierno.
2.     Fortalecer una cultura de respeto y valoración de las diferencias de género
3.     Reducir brechas educativas entre mujeres y hombres
4.     Mejorar la Salud de las mujeres y garantizar los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y hombres
5.     Garantizar los derechos económicos de las mujeres  en condiciones de equidad e igualdad de oportunidades con los hombres.
6.     Reducir la violencia de género en sus diferentes expresiones
7.     Incrementar la participación de mujeres y hombres en la toma de decisiones y la participación política y ciudadana
8.     Valorar el aporte de las mujeres en el manejo sostenible de los recursos naturales.

La labor por hacer es, articular el Plan de Igualdad de Género – PLANIG a los objetivos de Política del Acuerdo Nacional, en tanto se hace incidencia pública y política a fin de contribuir a la mejora en el diseño del Plan Bicentenario para asegurar se incorpore el enfoque de género en todos sus ámbitos. De igual modo, para la articulación y alineamiento a las Política Nacional de Cooperación Técnica Internacional, será al Área 1: Inclusión Social y Acceso a Servicios Básicos, en el Tema Prioritario 3. Empoderamiento de la mujer y atención a grupos vulnerables.

A estas alturas, es importante hacer mención a un instrumento referencial para el planeamiento en el mediano plazo y es el Marco Macroeconómico Multianual, el cual contiene las proyecciones macroeconómicas del país para tres años, desarrollando Principios de Política Fiscal, metas de la política fiscal; variables macroeconómicas; proyecciones de ingresos y gastos fiscales en todos los niveles de Gobierno; principales proyectos de inversión pública; nivel de endeudamiento público e indicadores.

Y es importante hacer esta mención, ya que esas proyecciones apuntan a Lineamientos de Política Económica 2013 – 2015[5], dirigidos a:

1.     Mayor inclusión social y reducción de la pobreza, para utilizar los mayores ingresos fiscales permanentes, en una inversión focalizada del gasto social para generar igualdad de oportunidades, en especial de los excluidos, para acceder a mayores niveles de bienestar a través de intervenciones costo-efectivas.
En los Principios de Política Fiscal 2013 – 2015, entre otros, se rescata:
2. Fortalecer el espacio fiscal Acumular niveles significativos de ahorro público para afrontar posibles catástrofes con parte de los ingresos de RRNN no renovables para una mayor equidad intergeneracional.

Es decir, será necesario, situarnos en el marco de la planificación estratégica de las políticas públicas e incorporar el análisis de género en el diseño y la gestión de las políticas públicas y articular todos los procesos desde el diagnóstico, planificación estratégica, operativa, programación presupuestal y evaluación de los resultados; por lo tanto, también será importante hacer incidencia pública y política ante el MEF y el BCR a fin de sensibilizarlos respecto al impacto del cierre de las brechas de género en el desarrollo sustentable y sostenible del país y la necesidad de asignar mayores recursos.

El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables - MIMP, que Preside la Comisión Multisectorial para la implementación del PLANIG, deberá impulsar la definición de objetivos y resultados de carácter prioritario para la igualdad de género, en el mediano y  largo plazo, desarrollando acciones estratégicas para alcanzarlos, haciendo incidencia pública y política para una efectiva asignación de los recursos necesarios para su implementación y sostenibilidad, con evaluaciones a partir de la construcción de indicadores que permitan analizar los resultados y los progresos en el logro de la igualdad de género

Es de precisar que, más que políticas focalizadas en la mujer se debieran construir políticas dirigidas a transformar las relaciones de género, lo cual implica dejar la mirada sectorial para abarcar todos los campos de la sociedad, economía, ambiente, territorialidad, interculturalidad, así como la diversidad del sujeto mujer que lleva a otras dimensiones: etnia, clase, grupo etario, orientación sexual; y es que género incluye a la masculinidad.

El MIMP deberá diseñar e implementar los medios necesarios para que la intervención esté convenientemente coordinada y se base en pautas de actuación programadas y planificadas, siendo este uno de los enfoques que orienta al PLANIG, de modo que la adecuada coordinación entre todos los actores involucrados permita optimizar los recursos y mejorar la atención a la ciudadanía desde un punto de vista cualitativo y cuantitativo, dado que la estrategia para la Igualdad de Género considera tres modalidades de articulación: la intersectorial, la intergubernamental y la de planes nacionales.[6]

Eliminar las brechas entre hombres y mujeres y alcanzar la igualdad de género implica la articulación del conjunto de instrumentos de política y gestión así como acciones política partidaria e informales con actores que inciden en la política; con agencias de cooperación internacional, de la sociedad civil y demás actores en conjunto en el marco de sus mandatos y responsabilidades.

La coordinación para la transversalización del enfoque de género en las políticas públicas, constituirá el proceso de analizar las implicancias que tiene para hombres y mujeres cualquier acción planificada, incluyendo legislación, políticas o programas en todas las áreas y en todos los niveles. Permite hacer de las necesidades e intereses de hombres y mujeres una dimensión integrada en el diseño, la implementación, el monitoreo y la evaluación de políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, de manera que hombres y mujeres se beneficien igualitariamente.[7]

Por ello es que, metodológicamente, en la definición de objetivos debiera comprender un diagnóstico con una causalidad integral, con análisis conceptual, explicativo y descriptivo, con indicadores, línea de base y metas con avances verificables, enmarcados en un Modelo Lógico, es decir, en un enfoque por resultados, tomando el diseño del PLANIG y ejerciendo ajustes para sustentar el modelo conceptual, explicativo y descriptivo; y es que, la clave para lograr la igualdad de género, es orientar las políticas nacionales a superar las causas fundamentales de las disparidades de género.[8] Hecho esto, se habría construido un PROGRAMA PRESUPUESTAL PARA LA IGUALDAD DE GÉNERO.

Se deberá tener cuidado en la asignación de los recursos, con una definición clara y una objetiva determinación de metas, productos o servicios que cada entidad involucrada, así como de sus respectivos costos, a fin de que exista coherencia entre los insumos que van a ser adquiridos y los servicios que serán provistos con ellos, con lo cual los presupuestos se dirigirán a cerrar las brechas. Esto llevará a la transversalización del enfoque de género en todos los niveles del Estado, con un monitoreo y evaluación permanente de las políticas a través de indicadores de género e incluso cambios en las relaciones de género: con nuevos estándares para hombres y mujeres.
 
Finalmente y no menos importante, será apoyar el desarrollo de capacidades para el diseño, articulación, coordinación en los procesos funcionales y administrativos, la vigilancia, ciudadanía activa, con sistemas de información integrales con datos desagregados por género con sus especificidades y características. Esto requerirá cambios en el proceso de toma de decisiones y en la forma de implementación de esta política pública: articulación, coordinación y cooperación multisectorial, intergubernamental, con una  asignación presupuestal multianual, para la reducción de la desigualdad de género.


[1] 3er Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo. Programa de Acción de Accra 2008
[2] Decreto Supremo 054-2011-PCM
[3] Decreto Supremo 004-2012-MIMP. Plan de Igualdad de Género 2012-2017
[4] Ley 28983, Artículo 4º.- Es rol del Estado, para los efectos de la presente Ley:
1.    Promover y garantizar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, adoptando todas las medidas necesarias que permitan remover los obstáculos que impiden el ejercicio pleno de este derecho, con el fin de erradicar todas las formas de discriminación.
2.    Adoptar medidas de acción positiva de carácter temporal, encaminadas acelerar la igualdad de hecho entre la mujer y el hombre, las que no se considerarán discriminatorias.
3.    Incorporar y promover el uso de lenguaje inclusivo en todas las comunicaciones escritas y documentos que se elaboren en todas las instancias y niveles de gobierno.
[5] Resolución Ministerial Nº 383-2012-EF/15
[6] Decreto Supremo 004-2012-MIMP. Plan de Igualdad de Género 2012-2017
[7] Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, 1997
[8] Ana Revenga, codirectora del Informe del Banco Mundial sobre Desarrollo Mundial 2012: Igualdad de género y desarrollo

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